Proceso de Beatificación

A los seis meses de su fallecimiento, el 17 de Julio de 1686, el Obispo de Arequipa, Monseñor Antonio de León inició el Proceso informativo de la vida, virtudes y fama de santidad de Sor Ana de los Angeles Monteagudo. De este proceso se hicieron dos copias se remitió en su momento a la sagrada congregación de Ritos y la otra se guardó en los archivos del Monasterio de Santa Catalina. Consta que el documento enviado a Roma se perdió probablemente en un naufragio.

Transcurrieron dos siglos sin que se hiciera nada para reanudar el proceso. Fue el Padre Vicente Nardini O.P. Restaurador de la Orden Dominicana en el Perú, quien en 1885 viajó a Roma y reanudó legalmente la Causa de Sor Ana de los Angeles. El 19 de Junio de este mismo año el Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos le envió una carta de solicitud al entonces monseñor Ambrosio Huerta arzobispo de Arequipa, pidiendo una copia autenticada del original que se guarda en el Monasterio de Santa Catalina. Transcurrieron muchos años hasta que se pudiera reanudar dicho Proceso.

En 1898, el episcopado Americano pidió a Roma la canonización de Fray Martin de Porres, incluyendo también la pronta beatificación de Sor Ana de los Angeles. Monseñor Manuel Ballón inició la instrucción de un “proceso adicional”, que fue remitido a Roma el 18 de Diciembre de 1903. En 1975 su santidad el papa Pablo VI determinó que se expida el decreto que reconocía las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Sor Ana de los Angeles, y finalmente el 5 de Febrero de 1981, su santidad Juan Pablo II da por válido el milagro atribuido a nuestra Hermana, obrado en favor de la señora María Vera de Jarrín, de un gravísimo e incurable tumor canceroso en el útero y en tercer grado. De esta manera culmina el largo proceso de las virtudes y milagros, quedando expedito el camino para ser declarada Beata, fijando su fecha de celebración litúrgica en la Iglesia, el día 10 de Enero.

El Milagro que fue aprobado por la Santa Sede

La Sra. María Vera de Jarrín, madre de familia nacida en Arequipa en 1886, el 2 de noviembre de 1931 fue sometida a un examen médico del útero, pues padecía de frecuentes hemorragias. Como empeoraba su salud, el 10 de Marzo de 1932 fue sometida a una exploración más profunda en el Hospital Goyeneche de esta ciudad. Abierta la parte interior del abdomen, se descubrió sin ninguna duda un gravísimo tumor canceroso, que no solo afectaba al útero, sino que se extendía por toda la zona pélvica. No teniendo ninguna posibilidad humana de curación, los médicos omitieron todo tratamiento. No había transcurrido dos días, cuando la enferma se sintió mejor. Su proceso de recuperación fue acelerándose de tal manera que al cabo de un mes se la consideró apta para seguir cumpliendo sus quehaceres domésticos.

Tres médicos admirados por ello pensaron inmediatamente en una curación milagrosa, y la misma enferma, su familiares y amigos pudieron dar fe de esto, pues habían pedido con tal fervor a la intercesión de la Beata Ana de los Angeles su pronta curación. La Sra. María Vera de Jarrín entregó su alma a Dios en el año 1966, sin tener ningún indicio de aquella enfermedad maligna de la que fue curada.

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